Un sacerdote, que por razones de seguridad se mantiene en el anonimato, denunció la persecución que el Gobierno de Zimbabwe ha desatado contra los opositores y la población que votó por ellos en la primera vuelta electoral, incluso impide a la Iglesia comprar alimentos para ayudar a los hambrientos.
El sacerdote declaró a la agencia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) que las graves violaciones a los derechos humanos ocurren sobre todo en las zonas rurales y están dirigidas a la población que en la primera vuelta votó por el opositor Movimiento para el Cambio Democrático.
Las personas, señaló la fuente, son deportadas, torturadas, mutiladas y violadas por los soldados. También hay muertos, y en las listas de los buscados por militares y milicias figuran numerosos sacerdotes y laicos católicos.