En otra publicación en su cuenta de Facebook, el sacerdote argentino expresó cómo se sintió al entrar en una iglesia destruida por el ISIS en la aldea cristiana de Bartella.
"Entrar allí produce un sacudón muy fuerte al ver el lugar santo quemado, vandalizado, profanado... Uno se queda sin palabras al ver lo que ya conocía de fotos y testimonios... se hiela la sangre", afirmó.
"Al ver suelos, paredes y techos llenos de cenizas, los bancos tirados por cualquier lado, las imágenes rotas, desparramadas, pisoteadas, los libros santos reducidos a cenizas, uno percibe de un modo muy fuerte el odio que produjo eso, odio que se resume en una frase: rechazo a Cristo y a su Cruz. El mismo odio que ataca los templos de Cristo ataca los templos vivos que son los cristianos. No se conforman con subyugar, quieren borrar toda memoria del Redentor, que desaparezca de la faz de la tierra", prosiguió.
El pasado mes de enero, el vocero del ministerio de relaciones religiosas de la región autónoma del Kurdistán, Mariwan Naqshbandi, indicó que durante los dos años en que el Estado Islámico (ISIS) dominó la llanura del Nínive y Mosul, fueron destruidos al menos 100 lugares de culto. La mayoría eran templos cristianos.