La municipalidad de San Isidro, en Lima (Perú), rindió homenaje este viernes a la madre Hermasie Paget, religiosa francesa de los Sagrados Corazones que en 1881 tuvo un papel vital para evitar que la capital peruana fuera destruida por la ocupación chilena durante la Guerra del Pacífico.

El homenaje fue rendido por el alcalde de San Isidro, Raúl Cantella Salaverry, quien colocó una ofrenda floral en honor a la "Defensora de Lima" –tal como llaman a la religiosa- en el parque Hermasie Paget, ubicado en este distrito.

El burgomaestre sanisidrino resaltó la importancia de recordar el papel desempeñado por los héroes y mártires y "así construir, junto a nuestros vecinos, una relación de verdadero entendimiento y sincero acercamiento para cerrar heridas ocasionadas por una nefasta guerra que enfrentó a ambas naciones".

En ese sentido, el sitio web de la municipalidad reitera el pedido del alcalde y de "un grupo de notables integrantes del grupo In Memorian Hermasie Paget, Salvadora de Lima (…), de  trasladar los restos de la religiosa francesa a la Cripta de los Héroes en el Cementerio Presbítero Maestro, junto a los demás defensores de la patria".

La historia

La madre Hermasie Paget –que nació el 8 de agosto de 1828 en Sombacour (Francia)-, había llegado al Perú el 15 de febrero de 1850 para dedicarse a la tarea educativa. La religiosa, "que amaba al Perú como a su segunda patria", sufrió con la población los avatares de la Guerra con Chile (Guerra del Pacífico) iniciada en 1879.

Cuando el país comenzó a ser invadido por las tropas chilenas y se acercaban a Lima, Belén –donde vivían y educaban las hermanas de los Sagrados Corazones- abrió sus puertas a numerosas familias que buscaban refugio.
La madre Paget ya tenía por entonces amistad con el almirante francés Bregasse du Petit Thouars, quien frecuentaba Belén.

Era enero de 1881 y ya el ejército chileno había derrotado la defensa de Lima, saqueando e incendiando los balnearios de Chorrillos y Barranco. La población de la capital peruana temía que lo mismo sucediera con la ciudad. En estas circunstancias –cuenta la historia-, la madre Hermasie Paget pide a las familias refugiadas y a las religiosas que recen por la salvación de la capital.

En ese momento, su compatriota, el almirante Petit Thouars, se encontraba con la flota francesa en Valparaíso (Chile), cuando decidió retornar al Perú debido a una intuición que narró en sus memorias. "El recuerdo de Lima, del Colegio de Belén, el nombre de Santa Rosa se presentaba a mi imaginación... la una... las dos de la mañana, mayor sobresalto. Me levanto, doy la orden de encender la máquina y de tomar rumbo al Callao; con esto cesó mi turbación", escribió.

Al llegar a Lima se dirige a Belén y ofrece a las religiosas refugiarlas en su barco "La Victorieuse", pero las hermanas deciden quedarse con la población. La madre Hermasie Paget conocía el peligro y pidió a Petit Thouars entrevistarse con el general chileno Manuel Baquedano para evitar la destrucción de la ciudad.

Así, el almirante francés acude con los jefes de las flotas británica e italiana que se encontraban en el Callao y le advierte a Baquedano que si sus tropas cometen en Lima lo mismo que hicieron en Chorrillos y Barranco, la armada chilena sería destruida.

Años después de concluida la guerra, en 1892, un grupo de señoras de Lima enviaron al almirante du Petit Thouars una carta de gratitud acompañada con 1.250 firmas. "En Lima, la modestia y humildad religiosa de la Madre Hermasie Paget no permitió públicas manifestaciones; pero la tradición se ha encargado de mantener vívido el recuerdo de tan gran servicio a la ciudad que ella siempre consideró muy suya".

En 1890 la religiosa se encontraba gravemente enferma. El 1 de noviembre recibió la Eucaristía por última vez y al día siguiente falleció en compañía de su comunidad y con el cariño de las alumnas del colegio y amigos.

En 1924 el Concejo Provincial de Lima colocó una placa en homenaje a la religiosa. "Homenaje del Concejo Provincial de Lima a la Rvda. Madre Hermasie Paget Superiora de los Sagrados Corazones (Belén), quien con su influencia cerca del Almirante Bergasse Du Petit Thouars contribuyó en 1881 a la salvación de Lima".

En 1986, la municipalidad de San Isidro inauguró un monumento en homenaje a la religiosa francesa, como justo reconocimiento a su valentía al salvar a la ciudad de Lima frente a su inminente destrucción.