El Arzobispo de Guatemala, Cardenal Rodolfo Quezada Toruño, afirmó que la pena de muerte no resuelve el problema de la inseguridad en el país e indicó que no defiende a los delincuentes, sino que su postura va de acuerdo a la defensa de la vida que hace la Iglesia, tal "como lo hizo durante el conflicto armado y lo hace ahora ante la ola de violencia".
En declaraciones a un medio local, el Purpurado se refirió a la reciente restitución por parte del Congreso del indulto presidencial, el cual se convierte en el último recurso al que pueden recurrir los condenados a muerte.
Esta figura legal fue eliminada en el año 2000 por el Presidente Alfonso Portillo, lo que ocasionó que en los últimos ocho años no se pudiera aplicar, en la práctica, la pena capital a 41 condenados a muerte.