En su discurso en la visita de cortesía al Presidente de Israel, Shimon Peres, el Papa Benedicto XVI hizo un especial llamado a los habitantes de Tierra Santa a trabajar por la seguridad y la paz en la región, que son sellados por "la conversión de los corazones".
En el Palacio Presidencial, el Santo Padre señaló al iniciar su discurso que "mi peregrinación a los santos lugares es de oración por el precioso don de la unidad y la paz para el Medio Oriente y toda la humanidad. De hecho, rezo cotidianamente para que la paz nacida de la justicia regrese a Tierra Santa y a toda la región, trayendo la seguridad y la renovada esperanza para todos".
Luego de exhortar a los líderes religiosos presentes en la residencia el mandatario a ser testimonio de que "el Todopoderoso está presente y puede ser conocido incluso cuando parece estar fuera de nuestra vista", el Santo Padre los instó a "ser conscientes de que cualquier división o tensión, cualquier tendencia a la introversión o a la suspicacia entre los creyentes o entre nuestras comunidades, puede llevar fácilmente a la contradicción que oscurece la unidad del Todopoderoso, traiciona nuestra unidad y contradice a Aquel que se revela como ‘abundante de amor y fidelidad’".