Al recibir este mediodía a los participantes de la Reunión de las Obras para la Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO), cuyos trabajos se centraron fundamentalmente en la preparación del próximo Sínodo para Oriente Medio, el Papa Benedicto XVI los alentó a trabajar por la paz estable y el respeto a la libertad religiosa en Tierra Santa y en toda la región.
Al inicio de su discurso, el Papa afirmó que "todos deseamos el don de una paz estable y de una convivencia segura en Tierra Santa, Irak y Oriente Medio, que nacen del respeto de los derechos humanos, de las familias, comunidades y pueblos y de la superación de toda discriminación religiosa, cultural o social".
Por eso animó a "los hermanos y hermanas en Oriente a perseverar en la fe, y a permanecer, a pesar de los numerosos sacrificios, en el lugar de nacimiento. Al mismo tiempo, exhorto a los emigrantes orientales a que no se olviden de sus orígenes, sobre todo religiosos. Su fidelidad y su coherencia humanas y cristianas dependen de ello".