Partido socialista no puede ignorar identidad católica de España, afirma experto

El P. Pablo Moyano Llamas afirmó que el gobierno del Partido Socialista (PSOE) no debe ignorar la identidad católica de España, ya que más del 80 por ciento de los pobladores del país "se bautizan en la Iglesia, reciben los sacramentos de la Iglesia, piden enseñanza religiosa y se entierran con funerales en los templos católicos".

Así lo indicó el sacerdote en un artículo publicado en el Diario de Córdoba. Para el presbítero, "por bien de la convivencia nacional, del respeto a unos acuerdos aprobados en su día por Las Cortes, no es bueno para nadie que Gobierno e Iglesia anden enfrentados".

Asimismo recuerda que "la Constitución del 78 dio en el clavo al afirmar que ‘los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con La Iglesia Católica y las demás confesiones’. Ese es el contexto y el espíritu por donde deben discurrir las relaciones Iglesia-Estado".

Seguidamente el P. Moyano explica que el hecho de que la gran mayoría de españoles sean católicos "lo sabe bien el Gobierno socialista. La mayoría de los españoles por tradición, por historia o por convencimiento íntimo se confiesan católicos. Incluso muchísimos de los votantes del PSOE".

"De ahí que todo gobierno -sea del partido que sea- deba medir muy bien los pasos que da para que prevalezcan el diálogo y la sensatez a la hora de legislar sobre temas muy delicados", como las uniones homosexuales o las clases de Religión en las escuelas "y también para no intentar meter a la Iglesia en las sacristías. La fe tiene una dimensión pública que ni se puede ni se debe encorsetar", añade.

"Por ejemplo: sería absurdo intentar suprimir las procesiones o -como han hecho en Alicante y Zaragoza- querer suprimir los nacimientos y los villancicos en los colegios. Eso es laicismo puro, nadar contra corriente y una dictadura de viejo cuño", precisa el sacerdote.

En opinión del P. Moyano, "el manifiesto socialista de hace unos días supone un paso atrás muy grave. Es un dardo, un rejón de muerte, no ya contra la Iglesia Católica, sino contra el Islam y el Judaísmo. Afirma que ‘los fundamentalismos monoteístas o religiosos siembran fronteras entre los ciudadanos’. Eso no corresponde a la verdad. Puede que haya creyentes fundamentalistas y radicales, pero eso sería a pesar y en contra de la religión. Manifiestos así no ayudan en absoluto a la pacífica convivencia de los ciudadanos. Todo lo contrario".

El sacerdote español también los autores del mencionado manifiesto "deberían más bien reconocer el inmenso servicio que el cristianismo -y en concreto la Iglesia en España- presta a la sociedad en todos los campos, y sobre todo a los más pobres. Pregunten por Cáritas, por los asilos, los hospitales, las guarderías, las casas de acogida, los colegios, las cárceles. Y comparen. Iglesia y Estado están condenados a entenderse. O mejor: obligados".

"Aconfesionalidad sí, laicismo puro y duro no, de ninguna manera. No más guerras de religión, la Iglesia a lo suyo y en su sitio, y el Gobierno en el suyo. Uno y otro a trabajar sin desmayo por el bien de todos. De todos sin excepción alguna. Aprendamos de una vez las lecciones de la Historia", concluye el presbítero.