19 de octubre de 2008 / 05:38 AM
Este medio día el Papa Benedicto XVI, tras haber celebrado la Santa Eucaristía en el Santuario de la Virgen de Pompeya -en el sur de Italia-, rezó el Ángelus dominical con los miles de fieles y peregrinos que se dieron cita en la ciudad para la visita Pontificia. En sus palabras introductorias recordó la importancia de la oración como medio por excelencia para preparar el camino del Evangelio y los corazones para el misterio de Dios.
“A María encomendamos las grandes intenciones de la Iglesia y de la humanidad: rezamos por la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se está realizando en Roma y que tiene por tema: ‘La Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia’, para que pueda dar frutos de auténtica renovación en toda comunidad cristiana".
"Otra especial intención de oración la hacemos por la Jornada Misionera Mundial, que en este Año Paulino propone a la meditación una célebre expresión del Apóstol de gentes: ‘¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!’”, dijo el Papa introduciendo el Ángelus.