Al inaugurar ayer por la tarde la Domus Australiae, un centro de hospitalidad para los peregrinos australianos que van a Roma, el Papa Benedicto XVI resaltó que las peregrinaciones a lugares santos recuerdan al hombre que siempre debe estar en camino al cielo, a la santidad.
En su discurso, el Papa recordó primeramente la cálida acogida que recibió en ese país durante la Jornada Mundial de la Juventud en 2008, así como la canonización, el año pasado de la primera santa australiana, Mary Mac Killop.
Seguidamente Benedicto XVI señaló que "nuestra existencia terrenal transcurre en camino hacia el objetivo final, donde ‘ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó por el corazón del hombre las cosas que preparó Dios para los que le aman’".