Este mediodía, miles de fieles y peregrinos se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical junto al Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oración mariana resaltó el valor de la Cruz peregrina de las Jornadas Mundiales de la Juventud, describiéndola como "símbolo de agradecimiento" por lo dones recibidos en estas experiencias eclesiales.
En sus palabras introductorias el Pontífice abordó varios temas: Primero, con ocasión de la IV Jornada para la Sensibilización sobre las minas Antipersonas alentó "a los países, que aún no lo han hecho, a firmar estos importantes instrumentos del derecho internacional humanitario a los que la Santa Sede siempre ha dado su apoyo”.
“Quisiera también recordar con gran pena a nuestros hermanos africanos que hace pocos días encontraron la muerte en el Mar Mediterráneo, mientras trataban de llegar a Europa. No podemos –continuó el Papa- resignarnos ante tales tragedias. Al tiempo que rezo por las víctimas, para que el Señor las acoja en su paz, quisiera observar que este problema, ulteriormente agravado por la crisis global, encontrará solución solo cuando las poblaciones africanas, con la ayuda de la comunidad internacional, puedan liberarse de la miseria y de las guerras”.