El Papa Francisco reiteró esta mañana el valor primario del trabajo y la necesidad de creatividad y solidaridad para hacer frente a la crisis económica. Lo hizo al recibir a los empleados y directivos de la Fábrica de Aceros Especiales de la ciudad italiana de Terni -a los que acompañaba el obispo de esa diócesis y un grupo de fieles- con motivo del 150º aniversario de la fundación de esa industria.
"Es necesario reafirmar -dijo el Pontífice- que el trabajo es una realidad esencial para la sociedad, para las familias y para los individuos .y que su principal valor es el bien de la persona humana, ya que la realiza como tal, con sus actitudes y sus capacidades intelectuales, creativas y manuales".
"De esto se deriva que el trabajo no tenga sólo un fin económico y de beneficios, sino ante todo un fin que atañe al hombre y a su dignidad. ¡Y si no hay trabajo esa dignidad está herida! Cualquier persona sin empleo o subempleada corre, de hecho, el peligro de que la sitúen al margen de la sociedad y de convertirse así en una víctima de la exclusión social".