En el marco de la celebración por el centenario del nacimiento de quien en vida fue Arzobispo de Lima (Perú), Cardenal Juan Landázuri Ricketts, el Papa Francisco envió un saludo al clero y fieles del país, uniéndose "a su recuerdo y acción de gracias al Señor por este Pastor insigne, que con tanta solicitud sirvió a la Iglesia y a los hermanos".

La carta firmada por el Secretario de Estado Vaticano, Mons. Pietro Parolín, fue leída por el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, en la ceremonia académica "Semblanza de un Pastor" realizada el miércoles 18 de diciembre y que contó también con la presencia del expresidente del Perú, Alan García Pérez, entre otras figuras políticas y del clero peruano.

En su saludo, el Santo Padre resalta "su celo pastoral, que con el tiempo fue creciendo gracias a una intensa vida de piedad y amor al Señor, fue fructificando en multitud de iniciativas de evangelización y caridad".

El texto destaca algunas de las obras más importantes del Cardenal Landázuri, como la terminación del Seminario Diocesano de Santo Toribio de Mogrovejo, y la creación de Cáritas Lima, así como las numerosas parroquias que impulsó en la Misión Conciliar de Lima.

El Pontífice exhortó a la Iglesia en Perú a "renovar su compromiso a favor de una vasta labor de evangelización para que mediante la práctica de la caridad, la vida de piedad auténtica y una sólida formación doctrinal, sean verdaderos discípulos y misioneros del amor de Dios y fermento de paz y reconciliación en la sociedad".

Al finalizar invocó la protección de la Santísima Virgen María sobre todos los peruanos, impartió la bendición apostólica y pidió oraciones por él y su ministerio.

Al día siguiente, jueves 19, fecha central del centenario, durante la Misa celebrada en la Basílica Catedral de Lima, el Arzobispo de Lima, habló de la amabilidad y la facilidad que tenía el Cardenal Landázuri para comprender a todos.

Señaló la claridad que tenía "el cardenal en esa presencia suya sabiendo que lo permanente es Cristo. Él que estuvo treinta y tantos años al frente de la arquidiócesis, y treinta y tantos años al frente de la conferencia episcopal siempre fue humilde, siempre estuvo en su sitio y siempre tuvo ese espíritu de saber que era una persona de paso".