Durante la Misa celebrada esta mañana en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco alentó a los fieles a recibir la paz que brinda el Espíritu Santo como hacen los niños cuando reciben un regalo: con el corazón abierto y sin condiciones, pues es una paz que "nadie puede arrebatarnos" y no es perecedera como la que ofrece el mundo a través de la riqueza y el poder.
Durante su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre el Evangelio de Juan y las palabras de Jesús antes de la Pasión, anunciando a sus discípulos: "les doy mi paz", una paz completamente distinta a la que da el mundo.
"Por ejemplo –indicó el Papa-, nos ofrece la paz de las riquezas: 'pero, yo estoy en paz porque tengo todo arreglado para vivir, para toda mi vida, no tengo que preocuparme...' Ésta es una paz que da el mundo. No te preocupas, no tendrás problemas porque tienes tanto dinero... La paz de la riqueza".