En febrero de 2020, el Papa Francisco pidió modificar la formación de los sacerdotes candidatos al servicio diplomático de la Santa Sede al agregar un año de compromiso misionero en un lugar diferente a la diócesis de origen.
En una carta al presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica, Mons. Joseph Marino, el Papa escribió que está convencido que "tal experiencia puede ser útil para todos los jóvenes que se preparan o comienzan el servicio sacerdotal, pero de manera especial para aquellos que en el futuro serán llamados a colaborar con los Representantes Pontificios y, posteriormente, podrán convertirse a su vez en enviados de la Santa Sede a las naciones e Iglesias particulares".
"Para afrontar positivamente estos crecientes desafíos para la Iglesia y el mundo, es necesario que los futuros diplomáticos de la Santa Sede adquieran, además de una sólida formación sacerdotal y pastoral, y de la formación específica que ofrece esta Academia, también una experiencia personal de misión fuera de su propia diócesis de origen, compartiendo con las Iglesias misioneras un período de camino junto a su comunidad, participando en su actividad evangelizadora cotidiana", escribió entonces el Papa.