El Papa Francisco abogó por un nuevo pacto social en el que se garantice el derecho a una pensión para aquellos ancianos que ni quieren ni pueden trabajar, y el trabajo a los jóvenes que quieren y deben trabajar, además de rechazar las "pensiones de oro", tan injustas como las "pensiones pobres".
El Pontífice realizó este llamado en una audiencia concedida en el Aula Pablo VI, en el Vaticano, a los delegados del Congreso Italiano de Sindicatos del Trabajo con motivo de su 18º Congreso Nacional.
El Santo Padre destacó la belleza del lema elegido para este Congreso, "Por la persona, por el trabajo", y señaló que "'persona' y 'trabajo' son dos palabras que pueden y deben estar unidas. Porque si pensamos y decimos 'trabajo' sin 'persona', el trabajo termina por convertirse en algo deshumano, olvidando a la persona, se olvida y se abandona a sí mismo".