En una dramática carta enviada al Secretario General de la Organización de la ONU, Ban Ki-moon, el Papa Francisco pidió a la comunidad internacional hacer todo lo posible para frenar las masacres de cristianos y otras minorías en Irak, que siguen sufriendo la violencia y la intolerancia del Estado Islámico en el norte del país.
"Pongo ante usted las lágrimas, los sufrimientos y los gritos desesperados de los Cristianos y de las otras minorías religiosas de la amada tierra de Irak", expresó el Santo Padre.
"Mientras renuevo mi llamado urgente a la comunidad internacional a intervenir para poner fin a la tragedia humanitaria en curso –agregó-, animo a todos los organismos competentes de las Naciones Unidas, en particular a los responsables de la seguridad, la paz, el derecho humanitario y la asistencia a los refugiados a continuar sus esfuerzos en conformidad con el Preámbulo y a los Artículos pertinentes a la Carta de las Naciones Unidas".