Papa Francisco nombra a dos obispos para sedes vacantes en Chile

Papa Francisco nombra a dos obispos para sedes vacantes en Chile
Mons. Jorge Vera y Mons. Guillermo Vera. Crédito: Conferencia Episcopal de Chile.

Este 8 de junio el Papa Francisco nombró a Mons. Jorge Vega Velasco como Obispo de Valparaíso y a Mons. Guillermo Vera Soto como Obispo de Rancagua, ambas sedes vacantes en Chile.

El Administrador Apostólico de Valparaíso, Mons. Pedro Ossandón, entregará la diócesis a Mons. Jorge Vega quien hoy es Obispo de la Prelatura de lllapel.

En tanto, el Obispo de San Bernardo, Mons. Juan Ignacio González, quien hoy es Administrador Apostólico de Rancagua, entregará la Diócesis a Mons. Guillermo Vera, actual Obispo de Iquique.

Cabe recordar que en mayo de 2018 los obispos de Chile pusieron sus cargos a disposición luego de su encuentro con el Papa en el Vaticano para abordar la crisis de la Iglesia en el país por los abusos sexuales, de poder y conciencia cometidos por algunos miembros del clero.

A partir de junio de ese año, el Papa Francisco ha ido designando obispos y administradores apostólicos para las jurisdicciones eclesiales donde hubo más controversia debido a los escándalos de abusos sexuales.

Biografía de Mons. Jorge Vega

Más en Vaticano

Mons. Jorge Patricio Vega Velasco nació en Santiago de Chile el 12 de junio de 1957.

Ingresó al noviciado de los Misioneros del Verbo Divino (SVD) en 1977. El 22 de diciembre de 1984 fue ordenado sacerdote en Santiago de Chile.

Fue misionero y rector de un seminario en Angola durante 14 años.

De regreso en Chile en 1999, se encargó del secretariado de misiones SVD. En el 2000 fue designado coordinador de Animación Misionera de la Zona Panamericana SVD.

Fue director nacional de las Obras Misionales Pontificias de Chile y director de la revista Chile Misionero.

El 19 de febrero de 2010 el Papa Benedicto XVI lo nombró Obispo Prelado de Illapel.

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Tras conocer la noticia de su nombramiento, Mons. Vega expresó en una a la Diócesis de Valparaíso su sorpresa y alegría y explicó que acepta "este nuevo desafío" "con la seguridad de que no realizaré el camino solo".

"Apoyado por el Señor y por cada uno de ustedes", "estoy consciente que me incorporo a un caminar que ustedes, como Iglesia, ya vienen haciendo desde hace muchos años, pero que al unirme a ese caminar eclesial asumo un papel importante en la marcha: ser un pastor que anima, guía y protege".

"Para que esto sea posible, buscaré hacer vida en mí lo que el Santo Padre, el Papa Francisco, nos ha pedido a los pastores: ser un pastor 'con olor a oveja'", expresó.

Biografía de Mons. Guillermo Vera

Mons. Guillermo Vera Soto nació el 7 de junio de 1958 en Isla de Maipo, Santiago de Chile.

Ingresó al Pontificio Seminario Mayor de Santiago y fue ordenado sacerdote el 12 de junio de 1982 en Santiago.

Fue incardinado en la Diócesis de Melipilla, donde se desempeñó como párroco en comunidades, encargado de la Pastoral Familiar diocesana y miembro del Consejo de Gobierno diocesano.

El 10 de abril de 2003 el Papa Juan Pablo II lo nombró Obispo de la entonces Prelatura de Calama. A partir de 2010 cuando la Prelatura de Calama fue elevada a Diócesis, Mons. Vera fue nombrado su primer Obispo.

El 22 de febrero de 2014, el Papa Francisco lo nombró Obispo de Iquique.

Tras recibir el nuevo nombramiento, Mons. Vera Soto expresó a través de una carta su alegría, gratitud y esperanza por la responsabilidad.

"Quiero hacerme cargo de sus preocupaciones y desvelos, también de sus proyectos y esperanzas. Quiero conocerlos, compartir su día a día, escucharlos, acompañarlos para seguir construyendo la historia de esta Iglesia de Rancagua en fraternidad", dijo el Obispo al clero, laicos y trabajadores diocesanos.

Asimismo, expresó su "cariño y cercanía" a las familias, "en especial a sus adultos mayores, memoria viva de la Fe y el trabajo; a los esposos que cada día luchan por mantener su amor y el de los suyos; a los jóvenes y niños que están aprendiendo en medio de la pandemia que nos aflige a construir sus vidas con esfuerzo, esperanza y solidaridad".

A cada hombre y mujer, adulto y joven, a los hermanos migrantes, al sector industrial, del campo, servicios y comercio, minería, entre otros.

"Hermanos y hermanas, quiero llegar hasta ustedes como padre, pastor, hermano y amigo para que juntos podamos seguir caminando por el sendero de la Fe que tantos pastores y fieles han ido construyendo desde los inicios de la evangelización hasta ahora en esa hermosa zona y ya casi centenaria Diócesis".

"Mientras llego hasta ustedes, les aseguro mi oración diaria por sus intenciones y los animo a que juntos pidamos desde ahora para la Diócesis abundancia de vocaciones sacerdotales y religiosas y supliquemos también la lluvia como gran bendición para toda esa fértil tierra", expresó Mons. Guillermo Vera.

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