21 de enero de 2016 / 10:46 AM
Que Dios nos libre de los pecados de los celos y envidias, porque por ellos entregaron y mataron a Jesús, y podemos llevar a un hermano a la muerte, expresó este jueves el Papa Francisco en la Casa Santa Marta, donde celebró la memoria litúrgica de Santa Inés, virgen y mártir.
"Pidamos también al Señor la gracia de no entregar nunca, por envidia, a un hermano a la muerte, a una hermana de la parroquia, de la comunidad, tampoco a un vecino del barrio: cada uno tiene sus pecados, cada uno tiene sus virtudes. Son propias de cada uno. Ver el bien y no matar con los chismes, por envidia o por celos", exhortó el Santo Padre al reflexionar sobre la primera lectura que narra los celos de Saúl, rey de Israel, hacia David.
El Pontífice dijo que Saúl miraba con malos ojos a David porque pensaba que podía traicionarlo. Entonces el rey de Israel decide matarlo; pero luego oye el consejo de su hijo y cambia de idea; sin embargo, después vuelve a tener pensamientos negativos. Los celos son una "enfermedad" que vuelve y lleva a la envidia, advirtió Francisco.