3 de noviembre de 2018 / 06:59 AM
En la homilía de la Misa que presidió este sábado 3 de noviembre en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco afirmó que "la gran tentación" a la que el cristiano debe hacer frente es "conformarse con una vida sin amor".
"La gran tentación es conformarse con una vida sin amor, que es como un vaso vacío, como una lámpara apagada. Si no se invierte en amor, la vida se apaga. Los llamados a las bodas con Dios no pueden acomodarse a una vida sedentaria, siempre igual y horizontal, que va adelante sin ímpetu, buscando pequeñas satisfacciones y persiguiendo reconocimientos efímeros", dijo el Papa al reflexionar en el pasaje de las diez vírgenes que esperan la llegada del esposo, narrado en el Evangelio de San Mateo.
Cuando un cristiano cae en esta tentación, explicó Francisco, termina viviendo "una vida desvaída, rutinaria, que se contenta con hacer su deber sin darse" y que "no es digna del esposo", es decir, de Cristo.