Evidentemente que se ha devaluado el sacramento del matrimonio y del sacramento inconscientemente se fue pasando al rito. La reducción del sacramento al rito. Entonces se da que el sacramento bueno es un hecho social, sí con, religioso, no cierto, bautizados, pero lo fuerte es lo social. Cuántas veces yo he encontrado aquí, en la vida pastoral, ¿no? Gente que no, no, y ¿por qué no te casás? Están conviviendo ¿por qué no te casás? No, es que… hacer la fiesta, esto, no tenemos dinero. Entonces lo social cubre lo principal que es la unión con Dios no.
En Buenos Aires me acuerdo que unos curas me dieron la idea de hacer el matrimonio a cualquier hora. Porque normalmente se hace un jueves, un viernes, el matrimonio civil, y el sábado el matrimonio sacramental. Y claro no podían hacer frente a los dos actos porque siempre hay algún festejo en el primero. Entonces estos curas muy pastores para ayudar a esto: "a la hora que quieran". Terminaba la ceremonia civil, pasaban por la parroquia, matrimonio eclesiástico, o sea es un ejemplo de facilitar, facilitar la preparación. No se puede preparar novios al matrimonio con dos encuentros, con dos conferencias. Eso es un pecado de omisión de nosotros, los pastores y los laicos que realmente están interesados en salvar a la familia.
La preparación al matrimonio tiene que venir de muy lejos. Acompañar novios. Acompañar, pero siempre cuerpo a cuerpo y preparar. Saber qué es lo que van a hacer. Muchos no saben lo que hacen y se casan sin saber qué significa. Las condiciones. Qué prometen. Sí, sí, todo está bien pero no han tomado conciencia de que es para siempre. Y esto, ponele encima esta cultura de lo provisorio que estamos viviendo, no sólo en la familia, sino también entre los curas, no.
Me decía un obispo que se le presentó un muchacho excelente, y que quería ser cura pero no más por diez años y después volver… Es la cultura del provisorio. Es a tiempo. El "para siempre" es como que se olvida. Hay que recuperar muchas cosas en la familia herida de hoy día. Muchas cosas. Pero no escandalizarse de nada de lo que sucede en la familia. Los dramas familiares, destrucciones de familias, los chicos, no.