Se ha convertido ya en toda una tradición, y consciente de la ayuda que supone para los fieles, el Papa Francisco anticipó la jornada "24 horas por el Señor" con una liturgia penitencial en la que confesó a 7 fieles en la Basílica de San Pedro.
La celebración comenzó con una procesión y después continuó con la Liturgia de la Palabra. A continuación, el Pontífice dio inicio al Sacramento de la Reconciliación. Primero se confesó él mismo como un simple penitente y después confesó a los fieles.
El grupo de fieles a los que confesó fueron 3 hombres y 4 mujeres, todos laicos, a quienes atendió en un lapso de unos 50 minutos.