En la Misa celebrada en la mañana del Segundo Domingo de Pascua en la Basílica de San Pedro, Fiesta de la Divina Misericordia, el Papa Francisco alentó a los fieles a "entrar en el misterio de sus llagas, que es el misterio de su amor misericordioso".
El Papa comentó el Evangelio del día en el que Jesús resucitado se presenta a los discípulos que estaban encerrados en una casa y les dijo "Paz a vosotros" y les enseñó las manos y el costado. "Así ellos se dieron cuenta de que no era una visión, era Él, el Señor, y se llenaron de alegría".
Pero también "ocho días después, Jesús entró de nuevo en el Cenáculo y mostró las llagas a Tomás, para que las tocase como él quería, para que creyese y se convirtiese en testigo de la Resurrección".