El Papa Francisco celebró este domingo 18 de noviembre una Misa por la Jornada Mundial de los Pobres en la que afirmó que el grito de estos hermanos es cada vez más fuerte y, lamentablemente, cada vez menos escuchado.
Ante unos 6.000 pobres presentes en la Basílica de San Pedro, acompañados por numerosos voluntarios y miembros de asociaciones de caridad que los asisten cotidianamente, el Pontífice resaltó que "la injusticia es la raíz perversa de la pobreza. El grito de los pobres se hace cada día más fuerte, y cada día menos escuchado". Termina siendo "dominado por el ruido de pocos ricos, que son siempre menos y siempre más ricos".
El Santo Padre refirió asimismo que "vivir la fe en contacto con los necesitados es importante para todos nosotros. No es una opción sociológica, no es la moda de un pontificado, es una exigencia teológica. Es reconocerse mendicantes de salvación, hermanos y hermanas de todos, pero especialmente de los pobres, los predilectos del Señor".