En su homilía de la Misa de hoy en la Casa Santa Marta que concelebró con el Arzobispo de Piura (Perú), Mons. José Antonio Eguren, el Papa Francisco reflexionó sobre la identidad de todo cristiano y dijo que quien sigue al Señor no puede detenerse, pues si se detiene es porque está enfermo, y debe además ser siempre cordero pero no tonto, usando la astucia cristiana sin convertirse en un lobo entre los lobos del mundo.
Recordando a los santos Cirilo y Metodio a quienes la Iglesia celebra hoy junto a San Valentín, según señala Radio Vaticano, el Santo Padre dijo que el cristiano es "enviado". El Señor envía a sus discípulos, les pide ir adelante. "Y esto –observó el Papa– significa que el cristiano es un discípulo del Señor que camina, que va siempre adelante".
"No se puede pensar en un cristiano inmóvil: un cristiano que se detiene está enfermo, sufre alguna enfermedad en su identidad cristiana, tiene alguna enfermedad en aquella identidad. El cristiano es discípulo para caminar, para avanzar. Al final lo hemos escuchado en el Salmo, la despedida del Señor: 'Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio'. Vayan. Caminen. Esto: una primera actitud de la identidad cristiana es caminar, y caminar también si hay dificultades, ir más allá de las dificultades".