El Papa Francisco se encontró en el Vaticano con un grupo de niños y jóvenes del Hospital Pediátrico "Bambino Gesù" de Roma, junto a sus padres y médicos, y afirmó que el católico debe dar a los demás una medicina importante: el amor.
"Cada uno de vosotros es una historia. No solo los niños enfermos, sino también los médicos, los enfermeros, los que visitan, las familias", dijo el Papa al saludarlos.
"Entrar en un hospital da siempre miedo. Yo veo que cuando me acerco a algunos niños, no todos, pero sí algunos, pequeños, que me ven de blanco, comienzan a llorar, piensan que soy el médico que les va a poner una vacuna, y lloran y tienen miedo, pero después les hago dos caricias y se tranquilizan".