El Papa Francisco recibió este jueves a 45 miembros del Comité Nacional de Bioética en la Sala del Consistorio, ante quienes denunció el uso de embriones como "material de descarte" y señaló que las aplicaciones biotecnológicas no pueden ser usadas contra la dignidad humana ni obedeciendo "únicamente a fines industriales y comerciales".
En su discurso, el Santo Padre señaló que "todos conocen la sensibilidad de la Iglesia en las cuestiones éticas, pero tal vez no sea igualmente claro para todos que la Iglesia no reclama ningún espacio privilegiado en este campo; al contrario, se siente satisfecha cuando la conciencia cívica, en varios niveles, puede reflexionar, discernir y operar sobre la base de la racionalidad libre y abierta y de los valores fundamentales de la persona y de la sociedad". Indicó que "esta madurez cívica responsable es una señal de que la siembra del Evangelio - esa sí, revelada y confiada a la Iglesia - ha dado sus frutos, logrando promover la búsqueda de lo verdadero, de lo bueno y de lo hermoso en las complejas cuestiones humanas y éticas".
Explicó que "sustancialmente se trata de servir a la persona (…) con especial atención y cuidado a los más vulnerables y desfavorecidos", incluidos aquellos que "ya no pueden hacer que se escuche". "En este terreno –señaló- la comunidad eclesial y civil, se encuentran y están llamadas a cooperar, de acuerdo con sus distintas y respectivas competencias".