Ante una reproducción del icono de la Virgen Desatanudos, a la que tiene una gran devoción, el Papa Francisco clausuró desde los Jardines Vaticanos el maratón del Rosario que, desde el 1 de mayo, se ha rezado en diferentes santuarios de todo el mundo para pedir por el fin de la pandemia de coronavirus.
Durante el transcurso de la ceremonia, el Papa pidió que "continuemos pidiendo al Señor que proteja al mundo entero de la pandemia y a todos, sin exclusiones, se les dé la posibilidad de protegerse mediante la vacunación".
La ceremonia dio comienzo con la entrada a los jardines del icono mariano en una procesión solemne presidida por el Obispo de Augsburgo, donde se custodia el icono original, Mons. Bertram Johannes Meier.