Ante eso, el Papa subrayó la importancia del modelo "que nos ofrece la Sagrada Familia, y especialmente la Virgen María, quien cuida con un amor tierno y comprometido de todos sus hijos e hijas, especialmente los más pobres, en cuerpo y espíritu".
"Ella, en el hermoso himno del Magníficat, confiesa las proezas del Señor, que 'derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos', haciendo referencia a la promesa, a la alianza hecha con 'nuestros padres' en la fe", explicó.
En esta línea, el Santo Padre resaltó que "la Bienaventurada Virgen María, venerada con gran amor por cada uno de los miembros de la comunidad de Schoenstatt con el título de la 'Madre Tres Veces Admirable', es un modelo basilar para todos, que impulsa a crear puentes fundados en la caridad fraterna y la comunión de bienes con los más necesitados, y al mismo tiempo que nos da sabiduría y valor para ir al encuentro de quienes se han alejado de la amistad con el Señor, para recuperarlos con el testimonio de la vida nueva en Cristo, que se caracteriza por la misericordia".