En el Estadio de La Macarena en Medellín, con el himno oficial por su visita de fondo y en medio de un ambiente de fiesta y alegría, unos doce mil sacerdotes, religiosos, consagrados, seminaristas y sus familias ovacionaron la llegada del Papa Francisco que los alentó a "callejear la fe" con alegría y a recordar que, a pesar de todo, "Dios sigue llamando".
El Santo Padre alentó también a los consagrados a reaccionar adecuadamente ante las situaciones complejas y compartió: "Nos gustaría contar con un mundo, con familias y vínculos más llanos, pero somos parte de este cambio de época, de esta crisis cultural, y en medio de ella, contando con ella, Dios sigue llamando".