El Papa Francisco dio su beneplácito para el nombramiento de Mons. Battista Mario Salvatore Ricca, como nuevo Prelado de la Comisión Cardenalicia de Vigilancia del Instituto para las Obras de Religión (IOR), más conocido como el Banco del Vaticano.

"El nombramiento de Mons. Ricca tiene efecto inmediato", y es de carácter "ad interim", es decir, "por el momento", informó el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi.

Mons. Ricca es director de la Domus Sanctae Marthae, la residencia para sacerdotes del Vaticano donde vive el Papa Francisco, y dirige además la Domus Internationalis Paulus VI, Domus Romana Sacerdotales, y la Casa San Benedetto, otras residencias para cardenales, obispos y sacerdotes ubicadas a pocos pasos de la Ciudad del Vaticano.

Según dio a conocer el P. Lombardi, Mons. Ricca desarrollará la función de secretario de los encuentros entre la Comisión Cardenalicia y asistirá a los encuentros del Consejo de Superintendencia, según estipula los Estatutos del Instituto.

El anterior Prelado en el cargo fue Mons. Piero Pioppo, quien ejerció tal función desde 2006 hasta 2011, y actualmente se encuentra destinado como Nuncio en Camerún y Guinea Ecuatorial.

Mons. Ricca nació en 1956 en Offlaga, provincia de Brescia (Italia), y forma parte del Servicio Diplomático que sirve a la Primera Sección de la Secretaría de Estado Vaticano.

Con el nombramiento del abogado Ernst von Freyberg como presidente del Consejo de Superintendencia el pasado 15 de febrero, y con el nuevo nombramiento de Mons. Ricca, "los dos puestos principales del instituto que llevaban vacantes un par de años quedan cubiertos", añadió el P. Lombardi.

El IOR Fue fundado por el Papa Pío XII en 1942 con el propósito de conservar y administrar los bienes que tengan por objetivo actividades religiosas o caritativas. Entre otras funciones, permite a la Santa Sede administrar sus recursos y sirve para financiar a las iglesias con mayores necesidades económicas situadas en los países más pobres.

Aunque popularmente es conocido como el Banco Vaticano, técnicamente no lo es, ya que el Instituto para las Obras de Religión no tiene fines de lucro y tampoco presta dinero o realiza inversiones directas, en cambio sí tiene la obligación de mantener la capitalización de la entidad y el dinero de sus clientes, por lo que el capital recibido se invierte en bonos de Estado, en obligaciones y en el mercado interbancario.