El Papa Francisco puso de relieve la capacidad de San Pablo VI, proclamado santo este domingo 14 de octubre en el Vaticano, de regresar a las fuentes de la alegría que permiten el encuentro con Dios.
San Pablo VI, que fue canonizado junto con el Arzobispo de San Salvador Mons. Óscar Romero y otros cinco nuevos santos, respondía con un amor radical al amor radical de Jesús.
Francisco explicó que San Pablo VI "gastó su vida por el Evangelio de Cristo, atravesando nuevas fronteras y convirtiéndose en su testigo con el anuncio y el diálogo, profeta de una Iglesia extrovertida que mira a los lejanos y cuida de los pobres".
"Aún en medio de dificultades e incomprensiones, testimonió de una manera apasionada la belleza y la alegría de seguir totalmente a Jesús. También hoy nos exhorta, junto con el Concilio del que fue sabio timonel, a vivir nuestra vocación común: la vocación universal a la santidad. No a medias, sino a la santidad", aseguró el Pontífice en su homilía.