25 de mayo de 2006 / 02:37 PM
El Papa Benedicto XVI señaló que “nuestras aspiraciones ecuménicas deben estar enraizadas en la oración, en el perdón mutuo y en la santidad de vida de cada uno de nosotros”, reafirmando así que la restauración de la unidad es prioridad de su ministerio petrino, en su discurso a representantes de otras confesiones cristianas en la iglesia luterana de la Santísima Trinidad.
Luego del mensaje del Presidente del Consejo Ecuménico Polaco, arzobispo Jeremiasz de la Iglesia Ortodoxa del Este, el Santo Padre saludó a los líderes de las distintas iglesias polacas que se reunieron en esta ocasión, entre quienes se encontraban también el obispo Janusz Jagucki, de la iglesia evangélica de la confesión de Augsburgo. El Papa destacó que “lo que nos une es el deseo de conocernos y dar gloria y honor a nuestro Señor Jesucristo en común oración: ‘a Él que nos ama y que nos ha liberado de nuestros pecados por su sangre y nos ha hecho un reino, sacerdotes para Dios y el Padre’ (Ap.1:5-6). Estamos agradecidos a nuestro Señor, porque nos reúne, nos da su Espíritu y nos permite –por encima de lo que todavía nos separa– clamar ‘Abba, Padre’".
Seguidamente, el Pontífice agradeció por este encuentro ecuménico y comentó que “veo esto como un paso en la implementación del firme propósito que hice al inicio de mi pontificado: considerar como prioridad de mi ministerio la restauración de la plena unidad de los cristianos. Mi amado predecesor, el Siervo de Dios Juan Pablo II lo estableció claramente cuando visitó esta misma iglesia de la Santísima Trinidad en 1991”.