Un grupo de 300 católicos japoneses que asistieron a la Audiencia General de este miércoles obsequió al Papa Benedicto XVI un relicario con restos del jesuita Pietro Kibe, beatificado el pasado 24 de noviembre de 2008 en Nagasaki junto a sus 187 compañeros mártires.
Al conmemorarse un año de la beatificación de estos 188 mártires, el grupo de católicos japoneses hizo entrega del presente al Santo Padre, como muestra de agradecimiento por contar ahora con estos beatos, que fueron asesinados en la primera mitad del siglo XVII por su fidelidad a Cristo y al Papa.
Los 188 beatos fueron ejecutados entre 1603 y 1639 bajo el "shogunato" (gobierno militar) de los Tokugawa, que prohibieron el Cristianismo. El P. Pierre Kibe fue ordenado en Roma en 1620 antes de volver a Japón y tener que celebrar en secreto. Capturado, fue torturado durante 10 días hasta que murió.