En sus palabras previas al rezo del Ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI señaló que es deber de todo cristiano vivir anclado en Cristo y obrar siempre el bien entregado por completo a Dios, a quien el Evangelio de hoy presenta como "un agricultor enamorado de su viña".
Desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano, Benedicto XVI reflexionó sobre la Parábola de los viñadores homicidas, a quienes un hombre confió su viñedo para que lo cultivaran y recogieran sus frutos. Los viñadores no reconocieron al hijo del dueño de la viña, lo asesinaron y se negaron a entregar a su señor lo que le correspondía.
Al final de esta explicación, Jesús se dirige a los sabios del pueblo y advierte: "a vosotros se os quitará el Reino de Dios, y se le dará a un pueblo que produzca los frutos debidos".