Los Obispos de la provincia de Buenos Aires (Argentina), expresaron al gobernador local, Daniel Scioli, su preocupación por el crecimiento del narcotráfico y del consumo de drogas, que ha traído problemas también al trabajo de los agentes pastorales.

La reunión se realizó en el local de la gobernación, en la cual Scioli manifestó su compromiso y voluntad y agradeció el documento de la Conferencia Episcopal Argentina sobre el drama de las drogas y el narcotráfico, al que consideró "un aporte para tomar conciencia y no como una acusación, pensado para unir y no para dividir a los argentinos detrás de este gran problema".

Según informó la agencia AICA, Mons. Fernando Maletti, Obispo de Merlo-Moreno, se refirió además a la crisis institucional que vive la familia, y sostuvo que la falta de diálogo y armonía en el seno familiar colaboran al ingreso de los jóvenes en las adicciones.

Por su parte, el Obispo de Lomas de Zamora, Mons. Jorge Lugones, sostuvo que es importante que la clase política arme una agenda común en torno al narcotráfico, a pesar de las dificultades y diferencias. El Prelado deseó que la creciente preocupación social pueda provocar una unidad nacional ante un tema que repercute en todos los ámbitos.

Asimismo, el Obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Rubén Frassia, valoró la voluntad de Scioli y sostuvo que "sería bueno que se extendiera el diálogo a otros gobernadores". También advirtió, en línea con el documento del episcopado, sobre la complicidad de ciertas esferas estatales con el narcotráfico.

"Hay grupos que tienen cierta connivencia con estos temas y que es importante detectarlos, encontrarlos, y poner la voluntad para detenerlos (...). Hace falta porque todo el mundo sabe cuál es la problemática, pero para que cambie, tiene que cambiar la manera de vivir y cambiar la voluntad. Si no se pone voluntad, evidentemente esto quedará en buenos oficios y nada más", añadió.

También estuvieron presentes los Obispos de Merlo-Moreno, Mons. Fernando Maletti; de Quilmes, Mons. Carlos José Tissera; de San Justo, Mons. Baldomero Carlos Martini, y de San Isidro, Mons. Oscar Ojea.