Al recibir esta mañana a un grupo de Obispos de Filipinas al final de su visita "ad limina", el Papa Benedicto XVI reiteró, como dijera el pasado 28 de octubre a un grupo de prelados de Brasil, que los obispos tienen el deber de "emitir un juicio moral también sobre cosas que afectan al orden político, cuando lo exijan los derechos humanos fundamentales de la persona o la salvación de las almas".
En su discurso en inglés, el Santo Padre explicó que "la Iglesia siempre debe tratar de encontrar su voz propia, porque es la proclamación la que hace que el Evangelio dé frutos que cambian la vida. Gracias a la clara presentación del Evangelio de la verdad sobre Dios y el hombre, generaciones de filipinos, religiosos y laicos, han promovido un orden social cada vez más justo".
A veces, continuó el Papa, "esa misión de proclamación atañe también a cuestiones pertinentes a la esfera política. No es motivo de sorpresa, ya que la comunidad política y la Iglesia, si bien justamente separadas, están al servicio del desarrollo integral de cada ser humano y de la sociedad en su conjunto".