La Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) reconoció la importancia para el país de contar con nuevas fuentes de energía, pero pidió al Gobierno no ignorar el drama humano que generará la construcción de represas hidroeléctricas, tales como el desarraigo de varias familias cuyas tierras quedarán inundadas o que serán tomadas para la edificación de dichas obras.
En un comunicado, los obispos aclararon que "nuestra perspectiva es eminentemente pastoral" porque "nos interesa ante todo el bienestar integral de las personas, las cuales tienen derecho a un auténtico desarrollo humano; nos interesa asimismo el verdadero progreso del país en una visión de futuro".
En ese sentido, tras reconocer la importancia de contar con fuentes de energía, advirtieron que esta iniciativa está produciendo un drama humano constatado en "la suerte de las comunidades cuyas tierras serían inundadas", la reubicación de las familias que se verían obligadas a abandonar sus hogares, "el dolor del desarraigo, la incertidumbre de contar con una justa compensación por sus propiedades", etc.