Los obispos también pidieron a Ortega que suprima "los cuerpos paramilitares, fuerzas de choque que intimidan, coaccionan y agreden a los ciudadanos, así como no usar a la Policía Nacional para ningún tipo de acción represiva".
El tercer pedido en la carta al presidente nicaragüense es "detener de inmediato y de modo absoluto todo tipo de represión frente a grupos civiles que protestan pacíficamente y asegurar la integridad física de los estudiantes universitarios, los diversos miembros activos que conformarían la mesa del Diálogo Nacional y de todos y cada uno de los ciudadanos".
Los obispos exhortaron al gobierno a "dar signos creíbles de su voluntad de diálogo y paz, respetando la dignidad y libertad de las personas, así como todos los derechos humanos de los trabajadores y ciudadanos, particularmente los empleados públicos, no obligándoles a asistir a eventos partidarios ni paralizando el transporte nacional para los mismos fines".
"Tenemos una firme esperanza en que la fuerza del amor y de la verdad de Dios pueden cambiar los corazones y la historia. Deseamos de corazón que el diálogo nacional sea realmente eficaz", señalaron.