La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), llamó al gobierno solucionar la crisis que se vive desde septiembre en la Penitenciaria General de Venezuela (PGV), agudizada por la falta de alimentos y medicinas, garantizando el respeto íntegro de los derechos humanos de los presos.
En el comunicado firmado por Mons. Roberto Lückert, presidente de la Comisión, se expresa la preocupación de los obispos por los hechos violentos que siguen ocurriendo en la PGV desde septiembre, y que se han agravado por la influencia –de acuerdo fuentes que prefieren el anonimato-, de los "pranes", que es como se conocen a los jefes de los presos. Además se han registrado enfrentamientos, incluso con algunas explosiones.
"Rechazamos toda forma de violencia de los organismos de seguridad del Estado y del responsable de la custodia y seguridad personal de las personas privadas de libertad y de sus familiares", expresó el comunicado.