En una mensaje al concluir su 78º Asamblea General, titulado “¡No teman. El Señor vive de verdad!”, los obispos bolivianos denunciaron la situación de pobreza como el “problema más delicado del país” e hicieron un llamado a “no tener miedo” y trabajar por “la búsqueda del bien común”.
Los obispos explicaron que “esta situación de pobreza y de crisis económica se ha agravado ulteriormente, entre otras cosas, a causa de la violencia y de los conflictos sociales, que han sido utilizados por diversos sectores como instrumento para lograr sus propios intereses, dejando a un lado la búsqueda del bien común”.
Asimismo, los prelados advirtieron que la conflictiva realidad del país se agrava constantemente como consecuencia de la crisis generalizada, arrastrada desde hace años; y rechazaron la actitud de algunos sectores políticos y de empresa y de algunos medios de comunicación que amenazan la convivencia pacífica promoviendo la confrontación.