13 de septiembre de 2010 / 10:39 AM
Al recibir esta mañana a 120 obispos nombrados recientemente que participan en el congreso anual promovido por la Santa Sede, el Papa Benedicto XVI señaló que la tarea de custodiar la fe la de la Iglesia también implica la "tendencia concreta y perpetua al perfeccionamiento". Los prelados deben cumplir esta misión no como burócratas o meros administradores, sino como padres y hermanos en Cristo
En su discurso, el Papa se refirió a la significativa costumbre de los nuevos obispos de efectuar una peregrinación a la tumba de San Pedro, "que se conformó a Cristo Maestro y Pastor hasta la muerte y muerte de cruz", y recordó las palabras de Jesús narradas por San Juan: "El Buen Pastor da la vida por sus ovejas".
Por ello, dijo Benedicto XVI, "la misión del obispo no puede entenderse con la mentalidad de la eficiencia y la eficacia por la que la atención se dirige principalmente a lo que hay que hacer. Al contrario, hace falta tener siempre presente la dimensión ontológica, que está en la base de la funcional. Efectivamente el obispo, por la autoridad de Cristo de la que está revestido, cuando se sienta en la cátedra está situado ‘sobre’ y ‘de frente’ a la comunidad, en cuanto él es ‘para’ la comunidad a la que dirige su solicitud pastoral".