El comunicado se dirige luego a quienes se han involucrado en las diversas formas de crimen organizado: "Dios los está llamando a la conversión y su perdón está siempre dispuesto. Pero en tanto no den ustedes muestras de arrepentimiento y de cambio de vida para abandonar el sendero del crimen".
"La sociedad –agregan– puede participar, a través de sus organizaciones, vigilando y verificando que las autoridades combatan de raíz al crimen organizado, atendiendo a las causas sociales, económicas, políticas y culturales. Sin la participación activa de la sociedad, los gobiernos no tienen la capacidad suficiente para abatir la violencia causada por los criminales que se organizan para hacer daño a la comunidad".
Luego de destacar la importancia de la escuela como ámbito de formación en valores, la carta pastoral advierte que los medios de comunicación social, "tienen una grande responsabilidad a la que no pueden renunciar", y los llaman a "examinar su responsabilidad en el desarrollo de la cultura de la violencia cuando llegan a exhibir a los criminales como si fueran héroes y tienen que orientar sus contenidos con responsabilidad para formar una conciencia de respeto a la persona humana y de búsqueda del bien común que quitarían todo sustento a las prácticas violentas e ilegales del crimen organizado".
Los Obispos recuerdan finalmente la importancia de la familia. "Es necesario apoyar a las familias para que ellas puedan ser esa ‘agencia de paz’ que imprima en cada uno de sus miembros los sentimientos, las actitudes y los valores que los dispongan a trabajar por el bien común y por la paz".