Los Obispos Católicos de Inglaterra advirtieron que la ley que permite el mal llamado "matrimonio" gay aprobada en un primer paso y recientemente por la Cámara de los Comunes, tiene efectos profundamente negativos en la sociedad.

El 5 de febrero la Cámara baja del parlamento inglés en n debate que duró cerca de seis horas, se aprobó con 400 votos a favor y 175 en contra el proyecto de ley que permite el matrimonio entre parejas del mismo sexo, y contó con el respaldado del primer ministro David Cameron.

Ese mismo día el vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, Mons. Peter D. Smith, dijo que "a pesar que los partidarios de la ley afirmen que el proyecto se centra en la igualdad, la propuesta en realidad busca redefinir el matrimonio y esto tendrá consecuencias graves para la sociedad en general".

Mons. Smith, que también es Arzobispo de Southwark, señaló que "la Iglesia Católica sigue apoyando el matrimonio entendido por la sociedad durante siglos como el compromiso de por vida significativa y única entre un hombre y una mujer para su mutuo bien y estar abierto a la procreación y educación de los hijos".

"El matrimonio se basa en la complementariedad del hombre y la mujer. Por estas razones, la Iglesia se opone al proyecto de ley del gobierno" agregó el Arzobispo.

En el momento de la votación, el tema dividió al partido conservador cuando 127 votaron a favor, 136 se opusieron al proyecto y 35 se abstuvieron, a diferencia de los otros partidos como los laboristas y los demócratas liberales que fueron más uniformes al votar en favor del proyecto de ley.

Mons. Smith dijo que la votación mostró que "el gobierno no ha pensado acerca de los problemas que trae esta proyecto de ley" y expresó su preocupación para que el proyecto se trate con una completa y cuidadosa consideración en su próxima etapa.

Para convertirse en ley, el proyecto debe ser aprobado por la Cámara Alta y pasar por una tercera votación en la Cámara de los Comunes.

En declaraciones a Radio Vaticano, el Obispo de Portsmouth, Mons. Philip A. Egan expresó estar " muy decepcionado con los deseos del Parlamento en redefinir el concepto de matrimonio".

"El cambio propuesto tendrá consecuencias catastróficas no sólo para el matrimonio como institución, sino también en la vida familiar en Gran Bretaña, y de todas las relaciones humanas, sobre todo entre nuestros jóvenes", dijo Mons. Egan.

Además mencionó que "una posible consecuencia es que la Iglesia se vería obligada a retirarse del registro civil de matrimonios, porque como sucede en algunos países europeos, las parejas antes de ir a la Iglesia a contraer matrimonio visitan el municipio para cumplir con los requerimientos civiles".

El proyecto, al permitir que las iglesias realicen bodas de parejas del mismo sexo, genera preocupación en distintos credos porque pone en peligro la libertad religiosa.

La Iglesia anglicana, los musulmanes británicos, los judíos y los sikhs se han unido a la Iglesia Católica para defender el auténtico matrimonio conformado por un hombre y una mujer.