El presidente de la Conferencia Episcopal, el Cardenal Ricardo Blázquez, ha inaugurado la Asamblea plenaria que tendrá lugar en Madrid hasta el 25 de abril. Durante su discurso de apertura manifestó su agradecimiento por la confianza que el Papa ha depositado en él al crearle cardenal, por eso ha manifestado que quiere "responder con agradecimiento y con generosa disponibilidad para prestar la colaboración especial que ahora se me pide. Ha sido una nueva llamada de la Iglesia a servir en comunión leal y sacrificada".
El Cardenal Blázquez expuso su preocupación por la situación actual de España, en especial por las "persistentes consecuencias de la crisis económica que, con innegables signos de recuperación, todavía afecta muy profundamente a las capas sociales más desfavorecidas, sobre todo al inmenso número de desempleados, y de entre ellos a los jóvenes".
El Purpurado ha manifestado que en el "complejo panorama político y social", la Iglesia no es "un contrincante político", "su papel no es de orden partidista, sino de orden pastoral". Por eso ha afirmado que el cometido evangelizador de la Iglesia en la sociedad civil "viene marcado por las coordenadas de independencia y colaboración" y ha recordado que "así lo determina la Constitución, que, respetando la aconfesionalidad del Estado, contempla el hecho religioso como positivo para la construcción social, por su aporte de valores y servicio solidario y humanizador además de sobrenatural".