En una declaración emitida hoy titulada "Cristo es nuestra paz", los obispos y cardenales reunidos en el Sínodo de los Obispos subrayaron la necesidad de defender los derechos de las Iglesias Orientales, cuyos fieles católicos con frecuencia sufren persecución a causa de la fe.
En el mensaje dado a conocer por L'Osservatore Romano y entregado al Papa esta mañana, los firmantes de este documento agradecen primeramente al Santo Padre "por elevar incansablemente la súplica a Dios y la voz a favor de los hermanos y hermanas del Oriente. Con ese ejemplo, también nosotros como discípulos de Cristo, padres y cabezas de las Iglesias Orientales Católicas, renovamos el ruego a Dios y exhortamos a todos para que se confirme todo intento de favorecer la paz en la libertad, la verdad y el amor".
Tras advertir que muchos de estos hermanos sufren los cardenales y obispos precisan que tienen el "deber de hacerse intérpretes de sus justificadas esperanzas por una vida digna que se pueda garantizar a cada uno en una provechosa convivencia social".