Los obispos de Estados Unidos solicitaron al Gobierno del presidente Donald Trump que no aplique la pena de muerte a nivel federal, una práctica que se usó por última vez en este marco en el 2003.
Los prelados estadounidenses hicieron este pedido el 30 de julio en una declaración firmada por Mons. Frank J. Dewane, Obispo de Venice y presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
En el texto, el Obispo recordó que cuando el Papa Francisco visitó el país en 2015 alentó a abolir la pena de muerte a nivel global. En el 2018 el Santo Padre autorizó un cambio en el Catecismo sobre la pena capital, señalando que se trata de una medida "inadmisible" porque atenta contra "la inviolabilidad y la dignidad de la persona".