El Obispo de Salto, Mons. Pablo Galimberti, pidió que el deporte sea un medio educativo y no una mera competencia, porque gracias al juego, la anarquía es reemplazada por "vínculos propios de un nivel civilizado".
En medio del ambiente festivo por el inicio del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, el Prelado destacó las virtudes de la práctica deportiva. "La atracción por el fútbol tiene hondas raíces y dice mucho sobre lo que cada uno es. En efecto la vida no se rige sólo por obligaciones sino también por lo que es libre, se ritualiza en el juego, demanda competencia y superación", afirmó.
"El juego es el símbolo de la lucha", destacó, al señalar que el ser humano lucha "contra fuerzas hostiles o contra sí mismo, ya sea miedo, debilidad, complejos, dudas, enfermedades, etc. Incluso cuando los juegos son simple pasatiempo, esconden una pizca de victoria, al menos para quien gana".