El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, señaló que "la Iglesia es misionera en su entraña más honda y todos hemos de acoger este mandato de Cristo, cada uno en la vocación a la que ha sido llamado", pero recordó que son los pastores quienes "han de encabezar el cumplimiento de este mandato hasta los confines de la tierra y hasta el final de los tiempos".

En su última carta enviada a ACI Prensa, el Prelado destacó el próximo ordenamiento de cinco nuevos presbíteros en la Diócesis de Córdoba, tres serán ordenados el 29 de junio y los otros dos en una fecha posterior. "Demos gracias a Dios por todos ellos", expresó.

Mons. Fernández recordó que la Iglesia la componen, junto a los sacerdotes, los fieles laicos y muchos consagrados; pero en su naturaleza, "tal como la ha fundado Jesucristo, el ministerio apostólico es insustituible".

"Es lo que llamamos la dimensión petrina de la Iglesia, es decir, el ministerio sacerdotal, sobre el que Cristo ha fundamentado su Iglesia. Aquella primera comunidad de los apóstoles, los Doce, se ha ido extendiendo y ampliando a lo largo de los siglos por toda la tierra con sus sucesores, los obispos, y sus colaboradores, los presbíteros", explicó.

Tras recordar que los pastores son necesarios "para que la Iglesia exista y permanezca en el tiempo", el Obispo de Córdoba señaló que la función que más destaca es su misión de "representar a Cristo en la celebración eucarística".

"Igualmente, gracias al ministerio del sacerdote, Jesús puede perdonar nuestros pecados y devolvernos la gracia cuando la habíamos perdido, por medio del sacramento del perdón", añadió el Prelado, que también destacó la labor de los sacerdotes de predicar la Palabra, atender y consolar a los enfermos, instruir a los niños, acompañar a los esposos, etc.

Por ello, afirmó que "la diócesis de Córdoba está de fiesta y exulta de gozo ante esta ordenación sacerdotal. Nuestra oración constante, pidiendo al Señor que 'mande obreros a su mies', ha sido escuchada, y estamos alegres y agradecidos". Sin embargo, exhortó a seguir orando "para que no nos falten nunca sacerdotes que nos traigan a Cristo. Son un don de Dios para la Iglesia y para el mundo".

En ese sentido, recordó el agradecimiento que hace tres años expresaron los pobladores de la localidad peruana de Picota, cuando "llegaron dos sacerdotes misioneros de nuestra diócesis, a los que tuve la suerte de acompañar. Al terminar la Misa, pregunté sorprendido por qué lloraban, y me dijeron: 'Padre, no sabemos cómo agradecer a Dios el bien que nos ha concedido. En  nuestro pueblo (y en toda aquella zona) no ha habido nunca sacerdotes. Le hemos pedido a Dios un sacerdote, ¡y nos ha enviado dos!'".

"¿Veis? Los pobres son siempre agradecidos. Pues eso, Dios nos concede a la diócesis de Córdoba este año cinco nuevos sacerdotes. Cómo no vamos a darle gracias, llorando de gratitud. 'El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres y contentos'", finalizó Mons. Fernández.