El Obispo de Lomas de Zamora, Mons. Agustín Radrizzani, recordó que la paz comienza con la oración y exige posponer los intereses individuales a favor de las necesidades colectivas.
Mons. Radrizzani presidió las fiestas patronales de Nuestra Señora de la Paz y en su homilía precisó que “la paz ciertamente es un don de Dios, una gracia divina. Por ello, la primera tarea para construirla comienza ‘de rodillas’, con la oración”.
Sin embargo, indicó que “allí no concluye la colaboración que los que seguimos a Jesús hemos de prestar para que la paz sea un hecho. Donde priman los intereses individuales por sobre las necesidades colectivas difícilmente se viva en la justicia, se respete la libertad y se viva en el amor. Cuando estos valores están ausentes difícilmente se vive en paz”.