Obispo pide participar en clase de Religión Católica en la escuela

El Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, pidió la participación en la clase de Religión Católica, teniendo en cuenta que en estos días se abre el plazo para la matriculación en los cursos de primaria y secundaria.

En su carta pastoral, el Obispo pide a los padres y alumnos que estén atentos para no dejar pasar el plazo, y renovar una vez más el compromiso de apuntarse a Religión, ya que "enseña a ser mejor discípulo de Jesús, a conocer la historia religiosa y a comprometerse en la vivencia de una auténtica vida cristiana".

Según el Obispo, "es asombroso el alto porcentaje de padres y de alumnos que solicitan la clase de Religión en los centros públicos y privados". Añade que es "como un referéndum, que año tras año revalida esta elección con la que está cayendo y contrasta este altísimo porcentaje de peticiones con la cantidad de pegas que encuentran los padres y los profesores para cumplir este sagrado deber, que es un derecho reconocido en la legalidad vigente".

"Tener clase de religión católica en la escuela no es ningún privilegio de los católicos – añade Mons. Fernández– sino que es sencillamente el reconocimiento de un derecho a la libertad religiosa, que incluye la libertad de enseñanza, y asiste a los padres al elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos".

En su opinión, la responsabilidad de la educación corresponde en primer lugar a los padres y elegir la clase de Religión para los hijos es "el ejercicio de un derecho, no es un privilegio", por lo que al elegirla, "los padres y los alumnos tienen derecho a ser respetados en este ideario, no sólo en esta clase sino en todas las demás, no enseñando nada que pueda herir la sensibilidad católica del alumno, que se está formando".

En su carta pastoral, deja claro que un Estado aconfesional no significa un Estado que ignora la religión, y menos aún un Estado que "la persigue o pretende eliminarla". El Estado aconfesional no tiene como oficial ninguna religión, pero respeta todas dentro de una legalidad de convivencia, e incluso contribuye a su pervivencia, subrayó.

Precisó que en España más de un 90 por ciento de ciudadanos se confiesan católicos, por lo que se preguntó "¿a qué viene esa continua y sorda persecución de la religión católica? y ¿por qué tantas dificultades para impartir esta clase?, ya que la materia se ofrece en los peores horarios, sin ninguna facilidad, y a veces incluso rayando la ilegalidad o traspasando el límite de los derechos de padres y de alumnos".

El Obispo consideró que "es llamativo el tratamiento de la Religión en Bachiller", con el propósito de "a ver si se consigue que los alumnos se aburran y dejen de apuntarse a esta asignatura".